En agosto la obra de Durero estará en Bogotá

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El Banco de la República presenta una exposición de Alberto Durero, el gran artista del Renacimiento.

Al igual que Leonardo Da Vinci o Miguel Ángel, el nombre de Alberto Durero (1471 – 1528) se asocia – casi de inmediato- a el de uno de los grandes artistas del Renacimiento. Exponente por excelencia de la escuela alemana, maestro del dibujo y la proporción, así como uno de los teóricos del arte más importantes de la historia, Durero supo hacer del grabado –su técnica por antonomasia- un arte mayor. Sus imágenes, elaboradas y ricas en alegorias, además de dar cuenta de su impresionante destreza técnica, supieron dar forma a lo intangible, a las complejísimas maneras de entender el mundo que caracterizaron a su tiempo.

La exposición Durero. Grabados 1496-1522, curada por la historiadora Rosa Perales Piqueres, estará abierta gratuitamente entre el 1 de agosto y el 3 de noviembre de 2014 en Museo de Arte del Banco de la República de Bogotá. Una oportunidad única para ver en nuestro país la obra de uno de los genios del arte universal.

 

Sobre Alberto Durero

“Lo que hace de Alberto Durero un caso extraordinario es que en él convergen todas las virtudes que debe tener un artista: imaginación, destreza técnica, innovación, originalidad, estudio, reflexión y compromiso”, explica Sigrid Castañeda, coordinadora curatorial de la exposición. 

Adquirir sus cualidades como artista, así como signar de estatus su obra, no fue un acontecimiento fortuito en la vida del alemán, por el contrario implicó una formación constante e inquieta que inició desde niño siguiendo el ejemplo de su padre, Alberto Durero El Viejo, un orfebre minucioso.

Su estilo además se enriqueció a partir de varios viajes a Italia, el primero de ellos a Venecia, en donde entonces se encontraban activos tres figuras determinantes del renacimiento italiano: Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel y Andrea Mantegna, a partir de su ejemplo Durero incorporó en sus obras la delicadeza en la línea, el dominio de la proporción y la maestría en el manejo de la luz y la sombra, cualidades que en adelante fueron un sello inconfundible de sus obras.

Consagrado como un artista de renombre y establecido en Alemania, Durero se dedicó por completo al grabado. En un momento en el que la imprenta era todavía una invención reciente, los grabados de Durero facilitaron la circulación de imágenes que daban cuenta de las grandes preocupaciones espirituales de la época, en otras palabras, el artista logró que estos fueran comprensibles para una población que entonces era en su mayoría iletrada.

Fuente: Banco de la républica