Ingerir alimentos para satisfacer la vanidad, es una idea que inspira artistas regurgitadores de propuestas pictóricas materialistas. Lee Price es una pintora hiper-realista que ha consagrado su joven carrera, en retratar una suculenta obsesión: La comida y la culpabilidad.
La destreza técnica de Price, hace que no sea fácil distinguir si sus obras son pinturas o fotografías. Sus retratos siempre visibles desde las alturas, reflejan la pulsión interna que oscila entre el placer, la ansiedad y el sedentarismo de las víctimas de la cultura. La tragedia que refleja cada una de sus historias, sucumbe entre la cotidianidad del adolescente mental, y la inconformidad del escéptico estomacal.