BD BACATÁ, el desafío arquitectónico que está renovando a Bogotá

 

Conozca los retos que debió superar la construcción del rascacielos que está transformando la cara de la capital de Colombia.

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Foto: BD Promotores

El BD BACATÁ es un proyecto ambicioso que llegó a Bogotá para renovar el centro de la ciudad. La complejidad de esta obra requirió para su edificación, de la ayuda de ingenieros y arquitectos expertos en terrenos complicados, entre los que se encuentran la firma de ingenieros Prabyc, elegidos por BD Promotores Colombia para su construcción, gracias a su amplia experiencia y conocimiento sobre los suelos de Bogotá.

La construcción del BD BACATÁ tuvo muchos retos, entre los más importantes se resaltan el pilotaje, el reducido espacio de trabajo, la dificultad del suelo, la movilidad del sector y el trabajo en altura. Debido a esto, se diseñó un plan que garantizara que la construcción de la obra fuera un éxito y pudiera superar todos los obstáculos sin contratiempos.

BD bacata construccion

Foto: BD Promotores

Estos retos se resolvieron de la siguiente manera:

El pilotaje

El suelo de Bogotá está constituido por arcillas muy blandas pero específicamente en el centro de la capital, se cuenta con una capa inicial de aproximadamente 20 a 30 metros de profundidad que incluye grandes bloques de roca de gran dureza, que antecede la roca sana conformada por una arcillolita a la cual se tuvo que llegar para apoyar el proyecto.

Para poder atravesar los enormes bolos de roca fue necesario importar las piloteadoras más grandes del mundo, utilizadas comúnmente en excavaciones petroleras y construcción de infraestructura vial. Adicionalmente fue necesario modificar las brocas, incluyendo dientes de tungsteno para hacerlas mucho más resistentes y capaces de realizar la excavación de los 161 pilotes con diámetros entre los 90 cm y 2,5 metros y más de 60 metros de profundidad.

El terreno

Uno de los retos más grandes fue la complejidad del terreno, ya que al retirar la cuña del suelo se corría el riesgo de generar fuerzas de implosión que empujaran todo hacia el enorme hueco que habían construido para la edificación, de más de 120.000 metros cúbicos. Para evitar que esto sucediera, se construyó un dique o barrera con pantallas de concreto de más de 30 metros de profundidad, para que sirviera como muro de contención. Este se fabricó 10 veces más potente que los usuales, con el fin de garantizar que las máquinas pudieran sacar todo el material sin que las vías externas y las edificaciones vecinas con más de 40 años de construidas se afectaran. De igual forma, se extendieron los pilotes para que pudieran soportar el peso de toda la maquinaria.

Los sótanos

A pesar de que la firma tenía experiencia en la construcción de varios sótanos en otros proyectos, la edificación de los siete sótanos representó un desafío porque las condiciones del suelo en Bogotá no eran las más óptimas y dificultaban el desarrollo del edificio. Para lograrlo, se decidió construir tres sótanos de mayor altura con elementos más robustos, de arriba hacia abajo, que permitían que la maquinaria pudiese ir descendiendo para luego construir losas intermedias entre cada uno y de esta manera mantener la tensión entre las pantallas sin generar ningún impacto negativo.

Movilidad

Se creó un circuito que permitió movilizar las toneladas de materiales y los 1.500 obreros necesarios para la construcción de este rascacielos de 67 pisos. Este circuito contó con un sistema estratégicamente planeado y organizado para calcular los días y establecer horarios específicos que no afectarán la movilidad del lugar.

Además, se diseñó un modelo de autopista interna de medio kilómetro, compuesto por 6 anillos, que permitió la circulación de los vehículos y maquinaria dentro de la misma obra sin generar ningún impacto en el exterior; Este anillo se fundió en concreto de alta resistencia de 12.000 psi, es decir que tenía la capacidad de soportar 30 toneladas de peso por metro cuadrado, estando en la capacidad de resistir el tráfico de volquetas, mezcladoras, descargue de material y grúas simultáneamente.

Trabajo en alturas

La capital del país llevaba más de 35 años desde la construcción de su edificio más alto, por lo que el personal encargado de la estructura no estaba acostumbrado a trabajar a más de 200 metros de altura, que incluye retos cómo: poder soportar el cambiante clima de la ciudad y los fuertes vientos provenientes de los cerros.

Para esto fue necesario instalar una protección perimetral, la cual se desplazaba a medida que la estructura crecía, protegiendo a quienes trabajaban en la última placa y dos pisos por debajo de esta.

La construcción del BD BACATÁ ha sido posible gracias a la calidad de la mano de obra colombiana. Este rascacielos traspasó las fronteras de los edificios más altos e importantes del país y dio paso a una nueva era arquitectónica para la ciudad, abriendo las puertas a nuevos proyectos que ayuden a transformar la cara de Bogotá.

Artículo por cortesía de BD PROMOTORES.