¿Se le ha ocurrido buscar en Internet «Ropa Usada» o «Used good»? pues acontece que los resultados son tan absurdos, que se encuentra desde ropa separada [para niños, hombre y mujer], hasta pacas, kilos de lo kilos sin separar. Cantidades enormes de ropa usada y de buena calidad. Hacen envíos a todo el mundo en containers cual Zara, Diesel o Nike, pasan por el papeleo, pagan impuestos y seguramente llegan al mismo puerto que llegan estas reconocidas marcas. Todo esto es un gran negocio.
También hay otras contadas situaciones. Marcas que se han encargado de recolectar Used good y la han traído al mundo del Vintage, dejándola en toda su esencia o haciéndole pequeños cambios reinsertándola de este modo al mundo del hoy, como lo hace Bling Blig Trash o como es el caso de Vintage Lab que no añora el pasado, lo trae al presente, manteniendo aquellas cosas que tanto quisimos, con un poco de…por qué no…¡Botox!, como lo dicen ellos.
No cabe duda que una prenda de segunda mano siempre llevará un valor de más, porque estará hecha de un textil que seguro ya no se produce, de marcas que terminaron en el olvido, de colores extravagantes –dependiendo de la tendencia a que pertenezcan- y, ante todo, será una prenda que no tendrá su mejor amiga y mucho menos su vecino, será algo tan único al igual que su pasado, el cual querrá conocer y desconocerá, siempre creándole preguntas respecto a él cada que la use. Además de todo, son prendas a buen precio, desde tres mil pesos se puede conseguir una buena y bonita blusa para el fin de semana. La cuestión es ir a buscar sin prisa ni apuros, y mucho menos con esperanzas de encontrar algo realmente bueno, esto es como el amor, no hay que esperar mucho, habrán días en que no se encuentre nada y otros donde no le alcanzará la semana para re-estrenarse todo lo comprado.
Por otra parte, ¿quién a los diez años no usó una camiseta, un jean, la falda del colegio, la sudadera de educación física, del hermano, primo, hijo del amigo del papá? Querido lector, déjeme decirle que aunque no hizo parte de la economía de lo usado, usted también se vistió de Used good.
Así que si algún día, la abuelita o el tío soltero le dice: «Quién sabe con qué energías vendrá eso…» Recuérdele amablemente que cada uno de nosotros hicimos parte de ese mercado, de esas energías y quién sabe qué más. Que aunque pareciera algo nuevo, está de moda desde que tenemos a alguien en la familia con nuestra misma talla.
Por lo pronto, dejo algunas fotografías de mis adquisiones más adoradas de Used Good, que para muestra de un botón por más ‘energías’ que estas tengan son prendas del pasado que conmemoran a este en un presente.
Fotografías por Cesilio