Intrépido, audaz y con una intuición impecable detrás del lente. Así es Nicolás Caballero, uno de los fotógrafos jóvenes emergentes más talentosos y destacados a nivel nacional. Su versatilidad abarca desde la exploración en temas de dirección de arte, video, diseño gráfico, publicidad y por supuesto fotografía.
Sus imágenes están cargadas de retratos, desnudos e imágenes en claro oscuro. Hace algunos días en infinitylab nos encontramos con él, para conocer más sobre su proceso como artista y para compartir con ustedes en exclusiva el lanzamiento de uno de sus proyectos más recientes.
¿Cómo incursionaste en el mundo de la fotografía?
Bien, la fotografía siempre ha sido algo que me ha interesado desde que tengo mas o menos 13 años. Me encantaba tomar fotos con una pequeña cámara compacta que teníamos en casa, a personas cercanas, familiares y lugares que en esos tiempos me parecían exóticos, o en momentos que me sentía incomodo en un circulo social sacaba la cámara para eludir el momento. Sin embargo, cuando fui a la Universidad se me abrió un mundo de posibilidades y ganas de crear impresionantes. Lastimosamente estaba en la carrera equivocada (diseño Industrial), debido a que pensaba que de una carrera como la fotografía no podía vivir en este país, pero fue fácil pasarme a fotografía por que siempre eludí materias que eran directamente con la carrera y me inscribía en las de arte y percepción, así que el cambio no fue brusco y así llegue a este mundo fotográfico.
¿Cuál es tu formación profesional y cuáles son las influencias que mayor repercusión han tenido en tu trabajo?
Estudié fotografia en la universidad, hice varios talleres en varias escuelas de fotografia de Bogotá y también hice un diplomado en la escuela nacional de cine. En video he sido mas empirico y autodidacta. Pero realmente aún me falta mucho por aprender y sigo en ese crecimiento constante.
¿En qué te inspiras a la hora de capturar una imagen?
«Yo siempre he visto la belleza donde hay emoción». Mi fascinación es con el ser humano y sus reacciones a su entorno, como también un poco de perversión y curiosidad; la música, las cosas que he leído, las películas, una lista extensa de fotógrafos y referentes … el sexo. Yo uso cualquier cosa que se ha ‘dejado atrás’, como un medio para contar una historia. Me inspiran mis propias experiencias a menudo encontrando que mi subconsciente juega un papel importante en las imágenes que creó.
A veces es difícil debatirse entre dos medios tan parecidos pero tan disímiles, como lo son el video y la fotografía. ¿Desde tu experiencia cuáles crees que son los límites entre estas dos disciplinas? ¿Se puede alcanzar un balance?
Son dos lenguajes distintos, el video me hizo darme cuenta de que la fotografía no tiene por qué ser una cosa clara. Me permitió ver las cosas de manera diferente. Una vez que supe que podía hacer esto me abrió todo un nuevo mundo de la fotografía, que fue realmente emocionante.
El nivel de intimidad que recibo de la fotografía es distinto, es mas personal, puedo decir que es mas yo. El video es mucho mas premeditado, necesitas contarlo todo de una manera secuencial, tal vez necesitas ser mas radical con tus decisiones, pero si se puede alcanzar un equilibrio. La imagen fija te abre mas a interpretar lo que vez en un solo fotograma compuesto de una manera distinta y quizá mucho mas cuidada y detallada que a 24 cuadros por segundo, eso a mi manera de ver es lo que la hace más romántica y personal.
De todas maneras una es madre de la otra y se complementan perfectamente mediante la cinematografía.
¿Cuál es el trabajo que más recuerdas y por qué?
Un proyecto que aún no estreno llamado JUNO, que hice junto a Alfonso Morales, uno de mis mejores amigos. Tiene muchas razones, desde el “como se creó” hasta el por qué el proyecto no ha salido a la luz aún después de rodarlo hace un año.
Gracias a la vida se unio al equipo gente increiblemente talentosa y entregada con un proyecto que en un principio era un exorsismo de vivencias pasadas. Será el próximo videoclip del productor musical Jhona Camacho. Todo el proceso para crearlo y post-producirlo es una historia más compleja que el vídeo en sí, pero esto ha hecho que su proceso de edición madure bastante.
¿Cuál crees que es el mayor reto de los fotógrafos y los videos realizadores en la actualidad?
Estamos tan saturados de imágenes en la red, publicaciones, cientos de videos en Youtube que suben por segundo, y un millar de informacion random, que muy pocas veces nos detenemos a ver algo en concreto. La apreciación y la intimidad con la obra se ha ido perdiendo… es todo un reto detener a un espectador que vea tu trabajo y se tome el tiempo de percibirlo más de una vez , y si lo logras, lo estás haciendo muy bien. Esto ha hecho que la gente pierda un poco la conciencia y el gran trabajo que existe atrás de los productos finales y sean poco valorados. Aunque asi mismo abre muchas posibilidades a los que saben filtrar información y enrriquecerse de tanto material audiovisual que recibimos.
¿Qué recomendaciones le harías a todos aquellos que aspiran en convertirse en fotógrafos?
“No te preocupes tanto por conseguir un buen resultado cada vez que dispares, la práctica te pone a prueba para llegar a conocerse a sí mismo y donde se encuentra tu pasión. Aprender a cuestionarse a sí mismo. El miedo al fracaso puede restringirte”.
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