Se dice que el cine recoge todas las demás formas de arte, sin duda la arquitectura es una de las claves para el peso visual de la composición de cada fotograma de las películas. A continuación veremos una lista de películas que están directamente ligadas con el diseño, la arquitectura y el urbanismo.
Se basa en el carácter intimista de las conversaciones entre los dos hombres y con otros participantes. La película no trata de una teoría arquitectónica agonizante, sino en la capacidad que tienen ciertos artistas de abrir nuevas perspectivas sobre la vida y los procesos creativos.
Para empezar, esta es una película que desde sus inicios liga al arquitecto con el artista, pero no solamente en su interior hablando de la capacidad de Frank Gehry para comprender los dos dentro de su ser, sino que también entabla la relación Arquitecto – Cineasta. Frank y SydneyPollack se proponen la tarea de plasmar en un espacio bidimensional como lo es la película, grandes obras maestras conocidas además por su diversidad de volumen, admitiendo que uno no sabe nada de cine y el otro nada de arquitectura. Lo que los une como amigos y creadores es una preocupación que atañe a todo el mundo creativo, y es la posibilidad de una expresividad personal dentro de los límites de lo comercial.
Frank dio sus primeros pasos tomando clases de cerámica, creo que de ahí viene su facilidad para ver el potencial de las formas, sin importar de donde vienen, pues encuentra inspiración en todo lo que lo rodea, pero el momento en que decide estudiar arquitectura es gracias a un recuerdo que tiene con su abuela de cuando construían casitas y edificios con pedazos de madera picada que usaban para prender el fogón. Estas enseñanzas se ven en la película, todavía aplicadas en su proceso de creación, sus maquetas hechas a partir de papel y cartulina, llenas de corrugaciones y pedazos de cinta que arman la pieza inicial, demuestran la gran escuela artesanal por la cual abogan los arquitectos ejemplares, teniendo en cuenta que las herramientas de la tecnología y sus avances han facilitado las cosa y agilizado muchos procesos, en el caso de Frank Gehry simplemente sirven como una extensión del trabajo que hace en papel, facilitándole creaciones más esculturales con mayor precisión a la hora de pasar a la fase de la ingeniería.
Uno de los personajes más importantes dentro de la película es el de su psiquiatra quien lo ayudó progresivamente a mejorar las relaciones interpersonales de Frank a su vez mejorando su capacidad de osadía, sus ganas de atreverse a más.
“Frank es consciente de que la razón de ser de un artista es ese momento en la mirada de alguien cuando lo alcanzas”
Para Frank, como nos lo cuenta en la película, los materiales definen la arquitectura , además del diseño, pues en el modernismo la decoración es un pecado, lo cual hace que él se pregunte cómo es posible entonces humanizar un espacio, un lugar?
El trabajo en equipo, la relación con los materiales, la terquedad y el empuje personal son cosas de peso que vemos en el trabajo del arquitecto a través de este documental que nos hace reflexionar en la fragilidad con que se descubren las cosas que tienen un gran significado en la vida.
Este es un documental sobre el arquitecto brasileño, uno de los más importantes del siglo XX.
El director Fabiano Maciel, también brasileño, sigue la trayectoria de Niemeyer, sus primeras oportunidades, su trabajo junto a figuras de la talla de Le Corbusier o de su compatriota Lúcio Costa. Vemos así su participación en el edificio neoyorquino de Naciones Unidas, sus aportes a la moderna Brasilia, incluida la catedral, el museo de arte contemporáneo de Niterói, la universidad de Argel, la sede del partido comunista en París, etc. Mostrándonos estos espacios de gran belleza, con soluciones transformadoras y extraordinario uso de las líneas curvas.
Con revelaciones del propio artista, vamos absorbiendo la forma en que enfoca su obra, el deseo de atrapar la belleza y sorprender a las personas con sus construcciones. No hay que empeñarse con la funcionalidad, dice Oscar Niemeyer, pero le parece importante en cambio, innovar, sorprender, ofrecer soluciones diferentes. Además de las declaraciones del arquitecto, vemos testimonios de personajes que lo conocieron como José Saramago y Eduardo Galeano.
Saramago, otro comunista y humanista, habla sobre la integridad y la coherencia del arquitecto, y Galeano lo pone todo cabeza abajo y asegura que Dios se inspiró en el arquitecto cuando creó la geografía de Río de Janeiro.
«Es conocido que Oscar Niemeyer odia el capitalismo y odia el ángulo recto. Contra el ángulo recto, que ofende el espacio, él ha hecho una arquitectura liviana como las nubes, libre, sensual, que es muy parecida con los paisajes de las montañas de Río de Janeiro, montañas que parecen cuerpos de mujeres acostadas, diseñadas por Dios el día en que Dios creyó que era Niemeyer«. — Eduardo Galeano.
Maciel logra adentrarnos en como es el artista, sus maneras humanistas reflejadas en sus inquietudes sociales, la influencia de las raíces católicas de su familia, el amor por la mujer, su trato cercano con Rio de Janeiro, la relación con el comunismo y más que nada sus gan
as de construir un mundo mejor.
De entrada vemos que este documental quiere tratar más la forma que la palabra, de manera muy contemplativa vemos varios edificios y diseños creados por Norman Foster, un arquitecto que disfruta del silencio y la observación durante sus hobbies preferidos como lo son el ski, la aviación y el ciclismo.
Al hablar de la influencia que sus padres tuvieron en él, lo primero que resalta es la ética laboral, una constante disciplina lo llevaría a elaborar su propio portafolio para entrar a la universidad sin tener muchos conocimientos previos en dibujo y perspectiva. También, la pasión por los modelos, ya sea de aviones, barcos, casas, edificios y puentes.
En el documental vemos como el artista valora la dimensión poética de la arquitectura y resalta como “hemos olvidado que las cosas útiles pueden verse hermosas también”, así rediseña lugares importantes en la historia de un país ayudándolos a ser un lugar propicio para una experiencia más agradable para el que lo visite.
Lo más importante de esta película es la visión global que tiene el arquitecto, al mostrarnos el viaje de su vida, el momento en que salió de Inglaterra y sus primeros avistamientos de los contornos de las ciudades más grandes de Estados Unidos, y como esto le dio una perspectiva sobre la función de un edificio en el imaginario colectivo de una ciudad, su importancia iconográfica más allá de la función.
Para hacer esto posible, el arquitecto da algunas ideas, lugares de inspiración como lo son las economías de países emergentes y sus iniciativas audaces, para así darle forma al futuro de una ciudad.
El arquitecto aboga mucho por un cambio masivo basado en la sostenibilidad, analizando el papel de los campesinos y su desplazamiento en las últimas décadas hacia la ciudad, cuestionando así el urbanismo, la movilidad y la huella de carbono, impacto ecológico que crece a medida que los hábitos de vida cambian rápidamente con el mundo.
“Hemos despertado a tiempo? O es demasiado tarde?”. — Norman Foster.
La sociedad se ha dividido en dos grupos antagónicos, la más antigua de las duplas: una élite de propietarios y pensadores, aquellos que viven en los grandes rascacielos y pueden disfrutar de los paisajes urbanos (de impresionante diseño) y una gran masa de trabajadores, con una vida subterránea y que trabajan sin parar para poder mantener el modo de vida de los de la superficie.
Era necesario que alguien de la élite como Freder (que no es cualquier persona, sino el mismísimo hijo del presidente) fuera testigo con ojos propios de las condiciones de vida que soportaban los del inframundo para que decidiera unirse a los esfuerzos de María, una obrera que quiere lograr la paz entre las dos clases sociales mediante el amor.
Con el lema “MittlerzwischenHirnund Hand muss das Herzsein” (mediador entre el cerebro y la mano ha de ser el corazón), Frederer demuestra que la capacidad de amar del Ser Humano puede reunir a la razón, la fuerza y el trabajo para modificar el mundo a nuestro alrededor.
El expresionismo alemán llega a su momento más alto con “Metrópolis” donde la arquitectura se inserta de manera esplendorosa en el film, recreando la división entre el mundo subterráneo de los trabajadores, con sus arquitecturas sombrías y opresivas, y la superficie o la parte alta de la ciudad, dónde acentúa un estilo monumental que hace referencia al Art Decó de los rascacielos de Nueva York, recordando un poco el trabajo de Bruno Taut, una influencia que Fritz Langa admite en su obra, y no solo esto, además vemos todo tipo de estilos, desde catedrales medievales, construcciones orientales, etc.
Fritz Lang tenía muchos conocimientos arquitectónicos, algunos provenientes de la enseñanza de su padre, otros de un tiempo de estudio en Viena, este saber específico ayuda a que los decorados de “Metrópolis” nos presenten las corrientes arquitectónicas destacadas en el momento, nos permite reconocer el futurismo en el movimiento constante de las máquinas; la arquitectura racionalista de la Bauhaus, la fusión entre arte e ingeniería, la uniforme ciudad de los obreros con todas las personas haciendo los mismo movimientos en el mismo momento, coreográficos, y sus habitantes todos vestidos igual
Pero no solo por sus decorados es considerada como una película expresionista, las composiciones de planos que realiza Fritz Lang: con encuadres donde predomina la diagonal, la tensión compositiva y el uso de luces y sombras exagerado, haciéndonos más fácil la tarea de ligar esta obra con otras expresionistas, como lo son ”El gabinete del Doctor Caligary”y “El Golem”.
Ridley Scott construyó la imagen de manera que expresara las sensaciones en ese mundo, donde las nuevas tecnologías se sobreponen a las decadentes y viejas glorias del pasado, la masa social se agrupa en megapolis, y el individuo se siente solo y abandonado bajo el control del poder de las clases dirigentes, contemplando con tristeza y melancolía la lluvia ácida recurrente en todos los escenarios.
Esta película, basada parcialmente en la novela escrita por Philip K. Dick ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Muestra una relación íntima y profunda entre su diseño y la trama mostrando una arquitectura futurista alejada de edificios de última generación y basada en una ecléctica combinación de la Arquitectura Clásica y sin arraigos. Por ejemplo, los edificios de apartamentos donde residen las colonias de personas de todas las razas y regiones, están inspirados en la Arquitectura Maya y a su vez conviven en un paisaje urbano en el que se mezclan columnas griegas y romanas como un recordatorio de la ciudad perfecta o del paraíso perdido.
El urbanismo en BladeRunner es decadente, lo que hace que inmediatamente pensemos en un estilo cyberpunk, marcado por un neo-liberalismo llevado al extremo, así en los edificios destacan los anuncios publicitarios y las luces de neón en continuas incitaciones al consumo desacerbado y al placer.
La representación de Ridley Scott del contexto urbano tiene más que ver con el presente actual que con la época en la que BladeRunner fue realizada. El futuro de BladeRunner no es un futuro de formas elegantes, tecnología fiable y maquinaria espacial, sino de máquinas de tarjetas de crédito, vídeo-teléfonos y otros dispositivos con los que contamos ahora, pero de aspecto maltrecho.
Las fuentes de inspiración para los escenarios y decorados de la película fueron muy variadas, Ridley Scott afirma que la escenografía urbana se conformó en base a un conjunto de imágenes: Edward Hopper en pintura, el skyline de Hong Kong por la noche, Nueva York, los paisajes industriales de Tyneside y Teesside de la infancia del propio Scott, y, con toda claridad, la película Metrópolis, de Fritz Lang.
El director también decide ambientar la acción en diferentes edificios de patrimonio histórico de la propia ciudad de Los Angeles. Son sobretodo dos los que más destacan, la Ennis House, que sirve como vivienda del protagonista Rick Deckard y los Almacenes Bradbury, residencia también de uno de los personajes más relevantes de la historia J. F. Sebastian, un ingeniero genético.