El enfoque intelectual y la filosofía radical de Slow Food fueron una de las fuentes de inspiración del plan director de la Expo. Fundada en Italia en la década de 1980, se trata de una organización ecogastronómica presente en 150 países que respeta, entre otras cosas, el equilibrio del ecosistema y la biodiversidad. También ha sido una de los organizadoras de la Expo, circunstancia que, sin embargo, no le impide ocupar el emplazamiento más alejado —y más tranquilo— del recinto. Es allí donde se han construido tres cabañas silenciosas que conforman un patio triangular. Sus sencillas estructuras de madera se inspiran en las de los caseríos tradicionales lombardos y segregan el programa en tres partes: la primera alberga una exposición sobre alimentos; la segunda ofrece un espacio para la cata; y la tercera acoge conferencias. Una vez que la Expo haya terminado, las tres cabañas se desmontarán y transportarán a varias escuelas italianas, donde se reconstruirán para acabar haciendo las veces de cobertizos de jardín.
Fuente: Arquitectura Viva