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El artista conceptual y escultor parísino Daniel Firman, ha dedicado su obra a cuestionar el exceso de realismo inherente al individuo moderno. A través del objeto, reflexiona sobre la saturación del afuera, para elevarse desde la subjetividad hacia la critica.
En su recorrido profesional, predominan piezas escultóricas de múltiples «personajes sin rostro». Entidades genéricas cubiertas de anonimato y conmoción. En sus «objetos comunes» entreteje elementos aleatoriamente, para cuestionar las leyes de la física y vetar la identidad del sujeto.
Toda su obra parece existir en un momento perfecto entre la acción e inacción, en una congelada temporalidad que invita a la inflexión sobre la fragilidad de la realidad, de la actividad y del tiempo en el que el espectador afirma su existencia.